Una ‘cadena de favores’ con ataúdes en la crisis sanitaria

El pago por uno de sus ataúdes es la solidaridad. José Solines no quiere plata, sino fomentar una ‘cadena de favores’, que tiene como base 100 ataúdes de plywood que fabricó para donar.

Su idea nació el sábado 4 de abril, mientras leía los periódicos y descubrió que, en medio de la emergencia sanitaria que vive el país por el coronavirus, las funerarias estaban cobrando entre 1.000 y 2.000 dólares por féretros. “Entonces, me pareció increíble que en esta crisis mundial le cobren eso a unas personas que muchas veces no tiene ni para comer”, reflexionó.

Sintió furia. Pero de ese sentimiento nació la idea. Como trabaja en el mundo de la construcción, le consultó al equipo de carpinteros con el que labora qué se necesitaba para armar cajas para que los fallecidos puedan descansar en paz. Plywood, bisagras, clavos, tornillo y cola, le enumeró uno de los maestros.

También le explicaron que pueden armar entre 10 a 15 cajas diarias, si disponen de todo el material. Con lo que tenían en el taller, finalmente elaboraron 100. “Para armar un ataúd se necesita una plancha de plywood, que cuesta aproximadamente 50 dólares, más los otros elementos. Es decir, en material, serían 60 dólares”, explicó. Adicionalmente les paga 15 dólares por ataúd a los tres trabajadores que están apoyándolo en la iniciativa, para ayudarlos también en la economía de su hogar.

Sin embargo, el plan de José no es vender las cajas. De hecho, ya ha entregado ocho, de las 100. La idea es que quienes tengan dinero para pagar los 75 dólares, lo hagan, pero como una forma de contribuir para la elaboración de una nueva caja. “Un especie de cadena de favores”, mencionó.

Añadió que si hay empresas o personas que tengan los materiales para armar un ataúd, los pueden donar para su elaboración, porque prefiere no recibir dinero.

Desde que empezó la emergencia sanitaria en el país, varias personas han empezado a elaborar ataúdes, tanto para donar como para venderlos a precios más bajos. Diana Solá, por ejemplo, tiene una empresa de muebles bajo pedido, en el norte de Guayaquil. Debido a la emergencia, su negocio está parado y decidió elaborar ataúdes de MDP tropicalizado.

Los vende en 200 dólares, como una forma de autosustentarse, de dar empleo a los trabajadores de su taller, que ahora no tienen ingresos, y también ayudar a quienes no pueden pagar el precio regular de un féretro.

Desde que empezó a fabricarlos, el pasado lunes 6 de abril, ya ha tenido 23 solicitudes. Le apena que su taller solo tenga la capacidad de elaborar 5 diarios. Sin embargo, lo que más le ha llenado de satisfacción es notar que hay gente que no necesita de las cajas, pero le han comprado una de ellas para que las done. “Una señora me va a pagar 15 para regalar”, contó.

Las redes sociales, una forma de ‘promoción’

Tanto Solines como Solá han usado las redes sociales para ofrecer su ayuda. “En mi cuenta de Instagram (@dianasola) la publicación la compartieron 900 personas. Sí hay mucha solidaridad”, comentó Solá.

A través de diferentes plataformas virtuales, otros ciudadanos ofrecen féretros desde 100 a 200 dólares, en diferentes materiales. Hay ebanistas que están cobrando 15 dólares por caja, si la persona que necesita de uno le lleva los materiales.

Fuente: Diario Extra, 1er Impacto

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