Sobre unas camisetas viejas colocadas en el piso, María Verdezoto exhibía los controles para televisores que vende. Miraba atentamente a todo transeúnte que pasaba al pie de su improvisado ‘nego’, en la Bahía de Guayaquil, la mañana de este miércoles 20 de mayo de 2020.
A la mujer le emanaba sudor de la frente, mientras se esforzaba por vocear los precios de sus productos. “Después de 45 días volví a trabajar por acá. La cosa está dura, pero lo importante es que hay salud”, comentó Verdezoto, al explicar que no había vendido mucho.
En este primer día de vigencia del semáforo sanitario amarillo en la ciudad, aquel tradicional sector del comercio estuvo muy concurrido. Una ‘oleada’ de clientes fueron al lugar para hacer compras.
Por los pasillos del populoso lugar caminaban decenas de personas. Miraban unos segundos la mercadería y preguntaban los precios. Todo como de costumbre en un día cualquiera antes de la pandemia.
A pesar de que una gran multitud se hizo presente allí, no todos los locales comerciales estaban abiertos. La zona está a media ‘llave’.
Verdezoto y otros vendedores refirieron que esperan recuperarse de las pérdidas económicas que tuvieron por el tiempo en que no pudieron trabajar. Una esperanza que los motiva a readaptarse a la nueva realidad: vender con mascarillas y con cuidados de asepsia.
Fuente: Diario Extra, 1er Impacto